El virus de la rabia

La rabia es una enfermedad que infunde terror, un miedo que se origina en nuestro subconsciente al recordar los tiempos en los que podíamos ser víctimas de animales salvajes.

Conocida desde la antigüedad, los primeros datos históricos los conocemos en las leyes mesopotámicas, cuna de la civilización.

La imagen del lobo rabioso, enseñando los dientes y saliva, desata el miedo a ser devorados.

Sin embargo, conozcamos la enfermedad y contribuimos a su erradicación.

Se trata de una enfermedad vírica, que afecta a todos los mamíferos, domésticos o salvajes, como mofetas, zorros, lobos, perros, bovinos, caballos, etc.

El virus no es estable en el medio ambiente y se inactiva por los desinfectantes de uso común, aunque resiste al frío, hasta temperaturas de – 80 grados.

Se transmite por mordeduras, por lo que las heridas infectadas por saliva son el medio de transmisión más frecuente. Y, aunque raras, también se han descrito casos de transmisión por inhalación del virus en el aire y por vía transplacentaria. Respirar altas concentraciones de virus en grutas infestadas de murciélagos provocó la muerte a dos espeleólogos españoles en los años 70.

En 1881, Pasteur investigó esta enfermedad y al inocular la enfermedad sucesivamente en diferentes animales, lo que se conoce como pases, logró que el agente se reprodujera de una forma más atenuada, también predecía el momento de aparición de los síntomas, es decir, determinaba el período de incubación y consiguió que no se eliminara por la saliva.
De esta forma logró la primera vacuna y salvó la vida a dos personas.
Actualmente se dan pasos en cultivos celulares.

En 1904, Negri logró detectar en el tejido nervioso de los animales infectados unos corpúsculos intracitoplasmáticos que eran partículas filtrables, los corpúsculos de Negri, que sirven hoy en día para detectar el virus y confirmar la enfermedad.

Al parecer, se originó en África, porque allí hay muchos virus de la misma familia, la Rhabdoviridae. Desde allí se extendió a Europa y Asia. Se desconoce si en América existía antes de la llegada de los europeos; si existía sería por el trasiego de los animales árticos por el estrecho de Behring.

Es de distribución mundial, aunque existen zonas libres.

¿Cómo es el virus?

El virus tiene una característica forma de bala y está rodeado por toda su superficie por unas prolongaciones, espículas, sobre las que se asienta una proteína que induce a los anticuerpos neutralizantes.

Desde que se hacen vacunas por sucesivos pasadas en cultivos celulares, se diferencian varias cepas de virus de la rabia:

  • Cepas de la calle: del perro, principal vector de la enfermedad y que todavía es el causante de unas 60000 muertes humanas al año. Se considera que el gato es más susceptible que el perro.
  • Cepas salvajes: las aisladas en animales salvajes; dependiendo del área geográfica de los animales reservorios varían, así en Europa el zorro representa el principal vector, mientras que en África, los cánidos salvajes como chacales, licaones, etc y también las mangostas.

Mención aparte la representan los murciélagos. Las cepas europeas de murciélagos no derivan de las de los animales terrestres y forman un nuevo grupo cuyos vectores son los murciélagos insectívoros y frugívoros.

¿Cuál es la situación de la rabia en España?

Hasta los años 60 existía mucha rabia, pero en el 66 se declaró libre en perros y gatos. En los 75 hubieron casos en Málaga por perros que habían venido de África y que mordieron y expandieron la enfermedad. En los años siguientes se siguieron presentando varios casos, disminuyendo al 78.

Con las migraciones y la globalización, en los últimos años se han sucedido varios casos en Europa.
En 2013 un perro infectado mordió en Toledo a varios niños y adultos; había viajado a Marruecos y vivía en Montcada i Reixac.

¿Cómo produce el virus la enfermedad?

Después de ingresar en el organismo por el contacto de la saliva al morder o por vía aerógena, al respirar altas concentraciones, por ejemplo de heces y orina de murciélagos, entonces se produce, desde el lugar de inoculación, la multiplicación en músculos durante 18 a 48 horas. A partir de ahí, el virus asciende por el interior de los nervios periféricos, a una velocidad de unos 7 centímetros al día, hacia la médula espinal. Al llegar aquí, se multiplica en los ganglios espinales de ambos lados y la llegada al cerebro será entonces, rápida, para transmitir por el líquido cefalorraquídeo.

En el cerebro afecta:

  • Sistema límbico y altera el comportamiento de los animales
  • Necrosis neuronal de las motoneuronas con las consiguientes parálisis musculares.

Una vez en cerebro, vuelve a la periferia a una velocidad de 10 a 40 centímetros al día y se extiende a otros tejidos que no son nerviosos:

  • Glándulas salivares y más produce parálisis de la musculatura de la boca, acumulando saliva en la cavidad oral con una alta concentración de virus, lo que da la típica imagen del animal rabioso.
  • Córnea, retina, músculos, pulmón, hígado, útero, etc.

Si el mordisco se produce en un pie, tardará más en ascender que si se produce en la cara, por ejemplo.

Así, el tiempo de incubación, es decir, el tiempo que tardará en manfestarse es variable. En varón, de 3 a 8 semanas, incluso hasta 23 meses y en perro de 3 a 8 semanas e incluso más.

El período de incubación está en función de la dosis recibida, del punto de entrada y su inervación, será más rápido en la cara, cuello y manos que en pie, y de la protección, si llevábamos botas, pantalones, ropas.

¿Cómo es el cuadro clínico?

Desde que se manifiestan los primeros signos clínicos hasta que se produce la muerte, pasan cinco días.

Perro:

  • Algunos días antes del cuadro clínico, ya comienza a eliminar virus por la saliva y puede morder. Es por eso que en las mordeduras se mantiene a los perros en observación. En España este período es de 14 días.
  • El cuadro clínico inicialmente se manifiesta con cambios de comportamiento, así, los perros cariñosos se muestran esquivos y los agresivos, cariñosos.
  • Tienden a huir ya recorrer grandes distancias sin saber volver.
  • Presentan alteraciones del gusto y comen trapos, papeles, etc.
  • Después aparece la fase de agresividad, la atacan todo y tienen ataques paroxísticos de furor y de depresión. También puede apreciarse estrabismo.
  • Le sucede la parálisis muscular y de nervios laríngeos, por la que se modifica el ladrido, se hace bitonal.y también hipersecreción salival.
  • Ahora se pasa la fase paralítica, de la musculatura maxilar, que hace que tengan la boca abierta y rechacen el agua.. Parálisis de las extremidades y desnutrición y muerte.
  • Para acabar de complicarlo, a veces, la rabia se manifiesta directamente como paralítica, rabia muda, sin mostrar agresividad o se puede manifestar con un cuadro sobreagudo, con muerte en las primeras fases por fallo respiratorio.

Gato:

  • La forma furiosa es la más típica, que se manifiesta con una extrema agresividad a todo lo que le rodea y por su tendencia a la fuga que les puede provocar la muerte por agotamiento.
  • También es frecuente la forma paralítica, que le lleva a la muerte en una lenta agonía, manteniéndose en rincones y lugares apartados.

Hombre:

  • Irritabilidad, prurito en el sitio de mordedura.
  • Hidrofobia: Miedo al agua, al beber se produce dolor.
  • Parálisis generalizada.

La rabia es mortal de necesidad, muy pocos casos se han curado después de iniciados los síntomas. Si el tratamiento se realiza al principio, antes de los síntomas, se curan prácticamente el cien por cien de los casos.

La organización mundial de la salud recomienda una serie de medidas preventivas controlando los vectores del virus en la naturaleza y controlando los movimientos y el estado inmune de los animales domésticos.

Bibliografía

  • Patología infecciosa, apuntes UAB
  • Enfermedades infecciosas del perro y el gato, volumen 1, Carme Simón.

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